El comercio electrónico en México ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos años. En 2021 se consolidó como una parte fundamental de la economía del país. Según datos de la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO), el comercio electrónico contribuyó con el 5.8% del PIB en 2021.
Esto demuestra la importancia que ha adquirido esta industria para el desarrollo económico de México.
¿Cuál es el futuro del comercio electrónico en México?
Este porcentaje de crecimiento se traduce en una cifra de más de 620,000 millones de pesos. Esto representa un crecimiento del 36% respecto al año anterior. El comercio electrónico ha sido uno de los pocos sectores que ha experimentado un crecimiento durante la pandemia, ya que muchas personas han optado por hacer compras en línea para evitar salir de casa.
La AMVO destaca que el comercio electrónico en México se encuentra en una fase de consolidación. Durante esta fase, las empresas invierten en mejorar sus plataformas, procesos y logística para ofrecer una mejor experiencia al cliente. Esto se ha traducido en un aumento en el número de transacciones y en el valor promedio de las mismas.
La pandemia aceleró la adopción del comercio electrónico en México. La causa es que muchas personas que antes no habían comprado en línea, tuvieron que hacerlo para adquirir bienes y servicios. Esto ha impulsado la digitalización de muchos negocios, que han tenido que adaptarse para poder seguir operando en un entorno de distanciamiento social.
También se destaca que el comercio electrónico ha contribuido a la inclusión financiera en México. Previamente, muchas personas que antes no tenían acceso a servicios financieros, ahora pueden hacer transacciones en línea y adquirir productos de forma más fácil y segura.
¿Cuáles son los retos que a los que se enfrentará este sector?
A pesar del crecimiento del comercio electrónico en México, aún hay desafíos que deben ser abordados para seguir impulsando su desarrollo. Uno de ellos es la seguridad en las transacciones en línea, ya que aún hay muchas personas que temen ser víctimas de fraudes.
Otro desafío es la logística, ya que aún hay zonas del país en las que es difícil acceder a servicios de paquetería y entregas rápidas. Un factor igual de importante es el costo del envío para los consumidores.