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¿Cuál será el presidente sudamericano que sí termine su periodo constitucional?

De los tres presidentes elegidos en América del Sur en 2021, el ecuatoriano Guillermo Lasso, el peruano Pedro Castillo y el chileno Gabriel Boric, solo este último concluirá su mandato constitucional si finalmente la Justicia ecuatoriana ratifica la disolución del Parlamento y la convocatoria anticipada de elecciones.
Por Henry Jara
3 minutos
Lasso no quería que la que considera una Asamblea de poca talla política acabara con su mandato, por eso ha preferido invocar la figura constitucional de “muerte cruzada”.
Lasso no quería que la que considera una Asamblea de poca talla política acabara con su mandato, por eso ha preferido invocar la figura constitucional de “muerte cruzada”.
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En medio del juicio político en su contra, el conservador Guillermo Lasso decidió disolver la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, y convocar elecciones generales anticipadas, ya que marca el fin anticipado de la Presidencia pero al mismo tiempo da por concluida la legislatura vigente del Parlamento.

Presidente de Chile

Con esta decisión, el único líder sudamericano que podrá desarrollar completamente el mandato constitucional de los tres que fueron elegidos hace dos años es el presidente de Chile, Gabriel Boric, quien en los catorce meses que lleva en el Gobierno ha visto fracasar algunas de sus propuestas emblemáticas, como la refoma tributaria, que buscaba recaudar el 3,6 % del PIB (10.000 millones de dólares) pero no fue aprobada por la Cámara de Diputados.

También el proyecto de nueva carta magna que elaboró la Convención Constituyente, fue rechazado en referendum por una amplia mayoría en septiembre de 2022.

«Habrá que ver qué medidas adoptará la oposición dentro de la Asamblea Nacional, qué tanta gente logra la oposición sacar a la calle para presionar al Gobierno, y que posición adoptaran las Fuerzas Armadas y la Policía, que de momento siguen apoyando al Gobierno.

Esta crisis política aún no está cerrada», declaró a EFE acerca de lo sucedido en Quito el director regional para América Latina y el Caribe del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA), Daniel Zovatto.

Presidente de Perú

La forma en que Lasso pondrá fin a su presidencia se diferente de lo sucedido en Perú con Pedro Castillo, quien el 7 de diciembre de 2022, cuando llevaba año y medio en la Presidencia, intentó disolver el Congreso.

La medida fue considerada por la mayoría de los legisladores como «un golpe de Estado» y finalmente el gobernante fue destituido y detenido. Actualmente permanece en prisión preventiva en el penal de Barbadillo (Lima), a la espera de que el proceso continúe o la justicia archive la causa en su contra por la presunta comisión de los delitos de rebelión y conspiración.

El cese de Pedro Castillo fue un capítulo más de la crisis institucional que ha llevado a Perú a tener seis presidentes en menos de cinco años, uno de ellos Martín Vizcarra, quien protagonizó un episodio que guarda cierta similitud con la situación que ahora enfrenta a Guillermo Lasso con la Asamblea Nacional de Ecuador.

Situación de Ecuador

Lasso se encontraba, de acuerdo a varios analistas, «entre la espada y la pared», tras comenzar el martes un juicio político en su contra en la Asamblea Nacional de mayoría opositora liderada por Unión por la Esperanza (UNES), el partido de izquierdas del expresidente Rafael Correa, asilado en Bélgica al tener condenas pendientes por corrupción en Ecuador.

La oposición acusaba a Lasso del delito de peculado (malversación de fondos), por no dar por terminado un contrato entre la Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec) y el consorcio Amazonas Tankers para el transporte de derivados de petróleo, lo que supuestamente habría causado graves perjuicios económicos a las arcas estatales.

Acaban así dos años de mandato del político conservador que ha acabado acorralado. En los últimos días había estado negociando votos entre la oposición para que el juicio político no saliera adelante, pero temía que a última hora la presión para su destitución fuera mayor.

Lasso no quería que la que considera una Asamblea de poca talla política acabara con su mandato, por eso ha preferido invocar la figura constitucional de “muerte cruzada”, que cierra su periodo, pero también el de los parlamentarios. Además, le deja una puerta abierta a presentarse en las próximas elecciones.