Pasadas las 21:40 horas del domingo 15 de octubre y con un 90% del escrutinio contabilizado, Daniel Noboa Azin, de la Alianza Democrática Nacional (ADN), ganó la presidencia de la república con un 52,19% de votos validos, mientas que su competidora Luisa Gonzáles, del movimiento Revolución Ciudadana, alcanzo el 47,81% de votos validos.
16 meses de trabajo duro
Daniel Noboa, el presidente más joven de la historia de Ecuador, tomará posesión en diciembre. Solo gobernará 16 meses, lo que le quedaba de periodo presidencial a Guillermo Lasso, que disolvió la Asamblea en mayo y convocó elecciones para evitar un juicio político por corrupción.
Este hereda una nación con problemas económicos significativos y una creciente frecuencia de disturbios en las prisiones, así como la presencia de cuerpos desmembrados y un aumento en los asesinatos perpetrados por sicarios.
En septiembre, se registraron 3.600 homicidios en el país, lo que representa el doble de la cifra del año anterior. Los carteles de la droga han logrado infiltrarse en una nación que, hasta hace unos años, se mantenía al margen de los problemas relacionados con el narcotráfico y los conflictos guerrilleros que afectan a la región.
La adopción de la dolarización como su sistema económico y su extensa costa en el Pacífico han convertido al país en un objetivo atractivo para el crimen organizado.
El futuro presidente ha sido vago en sus propuestas relacionadas con la seguridad. Ha mencionado el uso de tecnología como satélites y drones, la militarización de cárceles, puertos y aduanas, así como la construcción de prisiones en barcazas en medio del mar para albergar a los delincuentes más peligrosos.
De manera paradójica, el poder de los carteles ha aumentado desde el interior de las prisiones, donde prevalece la anarquía y desafían al Estado. Los expertos anticipan que en poco tiempo, Daniel Noboa hará un anuncio significativo en materia de seguridad para consolidar su imagen como un líder decidido frente al crimen organizado.