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Se necesita $62 millones para arreglo de escuelas afectadas por terremoto y lluvias

Vidrios rotos y fisuras en las paredes son las huellas más evidentes que el sismo del pasado 18 de marzo del 2023 ha dejado en 331 escuelas del Ecuador. Otras 411 tienen daños por las fuertes lluvias. El Ministerio de Educación calcula que se necesitan $62 millones para las reparaciones.
Por Henry Jara
3 minutos
Diez escuelas están en el nivel 1 por fisuras, vidrios rotos y daños en hasta un 25% de la infraestructura, que son catalogados como “no críticos”.
Diez escuelas están en el nivel 1 por fisuras, vidrios rotos y daños en hasta un 25% de la infraestructura, que son catalogados como “no críticos”.
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Estos establecimientos representan el 5% de las 15.997 instituciones educativas registradas en todo el país. El Ministerio de Educación calcula que se necesitan $62 millones para las reparaciones.

Detalle de intervenciones

Las provincias de la Costa, donde el nuevo año escolar empezará en 18 días, son las más afectadas. Unos 487.300 estudiantes asisten a estos establecimientos, que por ahora pasan por inspecciones para determinar en detalle las intervenciones. 

La estación lluviosa ha generado nueve tipos de alertas que han impactado la infraestructura escolar. Las afectaciones por las inundaciones son las más comunes. Luego están los daños por filtraciones y los colapsos estructurales

Guayas, Manabí y Los Ríos son las provincias que concentran el mayor número de escuelas con problemas debido al temporal. El presupuesto aproximado para estos arreglos es de $37,8 millones, según un cálculo realizado por el Ministerio de Educación hasta el pasado lunes, menciona diario El Comercio.

“Al momento se encuentra desplegado personal técnico en territorio para el levantamiento detallado de los expedientes que permitirán definir las afectaciones”, informó Educación.

Daños por lluvias

272.176 estudiantes del régimen Costa (el 11% del total) asisten a los planteles que tienen complicaciones por las precipitaciones. El inicio de las clases para este ciclo está programado para el 24 de abril del 2023.

Los patios de la Unidad Educativa Provincia de Cañar, en Durán (Guayas), están minados por grandes charcos. La intensa estación lluviosa ha causado que la maleza crezca rápidamente, hasta borrar por completo la cancha de fútbol. 

La remodelación de este plantel es parte de las obras planificadas para el 2023. Sus autoridades preparan un plan de contingencia para no interrumpir el cronograma escolar mientras se realizan los trabajos. 

“La intervención comenzará después del inicio de clases y por eso hemos planificado que los estudiantes asistan a clases virtuales”, explica el rector David Auria. 2.000 estudiantes están registrados en este establecimiento que funciona en doble jornada. 

Estructuras destruidas

La infraestructura tiene 37 años. El moho cubre las paredes de algunos pabellones y las baterías sanitarias lucen deterioradas.

El plan de mejora incluye la reparación de las conexiones eléctricas, la impermeabilización de las losas, el arreglo de la cancha y la construcción de nuevos baños. La inversión proyectada es de $300.000.

Una evaluación inicial tras el sismo del 18 de marzo identificó tres niveles de afectación. Diez escuelas están en el nivel 1 por fisuras, vidrios rotos y daños en hasta un 25% de la infraestructura, que son catalogados como “no críticos”. Estos planteles pueden seguir operando.  

El nivel 2 concentra la mayor cantidad de establecimientos. Son 320 que presentan cuarteamientos del 25 al 75% de la estructura. Estas requieren una evaluación complementaria para determinar su operatividad y por ahora pueden seguir operando “con precaución”. 

Presupuestos

En el nivel 3 solo se ha ubicado una escuela en la provincia de Cotopaxi. La afectación es total por derrocamiento por lo que no podrá funcionar. 

El presupuesto para la intervención por problemas tras el terremoto es de $23,7 millones. Educación informó que 180.939 estudiantes están registrados en estas instituciones educativas; el 74% es de la Costa. 

En la provincia de El Oro hay una mezcla de complicaciones por el sismo y las inundaciones. Semanas atrás el agua ingresó a colegios como el Zoila Ugarte de Landívar y el Atahualpa, en el cantón Machala.

El patio de la Unidad Educativa María Urrutia, también ubicada en Durán (Guayas), se convertía en una laguna durante cada invierno. El desbordamiento de un canal aledaño arrastraba peces, caracoles, renacuajos, incluso serpientes. 

La rectora Ana Patricia Páez recordó que hasta el año pasado solo podía ingresar con botas. La escuela fue parte de un cronograma de mejoras y en seis meses, con una inversión de $80.130, fue rellenada y elevaron los techos de las aulas.