Los aficionados de la Selección Mexicana presentes en el Mundial entonaron el martes durante el partido contra Polonia uno de los estribillos más emblemáticos de la música popular del país. El «Ay, ay, ay, canta y no llores» se podía escuchar, tanto en las tribunas del Estadio 974, como en casas y restaurantes de México. Descubre la historia de «Cielito Lindo», la canción que acompaña a la Selección Mexicana, sin importar deporte ni torneo.
Origen del «Cielito Lindo»
La popular canción entre los aficionados mexicanos fue compuesta por Quirino Mendoza, nacido en la Ciudad de México en 1862. El cantautor azteca seguramente nunca se imaginó que su tema llegaría a transformarse en un segundo «himno» para sus compatriotas.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), «Cielito Lindo» es una pieza dedicada a la esposa de Quirino Mendoza: Catalina Martínez. Los registros de la composición tienen la fecha de 1882, durante los inicios del Porfiriato.
Sorprendentemente, la historia que narra la popular canción «Cielito Lindo» no tiene orígenes en territorio azteca. La balada y letra están inspiradas en regiones de España.
La canción ha tenido diversos intérpretes, entre los que se destacan:
- Pedro Vargas
- Pedro Infante
- Luciano Pavarotti
- José Carreras
- Plácido Domingo
El argumento que sugiere la referencia a España en la canción de Mendoza es que en ella se enuncian algunos elementos orográficos de la región de Andalucía. Esto de acuerdo con el investigador Lugo Viñas, cuya declaración fue recuperada de El Financiero.
Asimismo el investigador comenta que durante los siglos XIX y XX hubo varias canciones con el mismo nombre, «Cielito Lindo».
Para explicar la relación que existe entre «Cielito Lindo» y España, Viñas referencia canciones como «El Palomo», «La Malagueña» o «Las Mañanitas». El investigador afirma que el estilo y las melodías de estas canciones se han replicado en diversos países de América Latina.
«‘Cielito lindo’ es el legado que junto con la polka jesusita en Chihuahua dejó Mendoza y Cortés, quien luego de componer música religiosa, creó corridos, valses, huapangos, marchas y boleros, entre otros géneros musicales que estaban en boga”, cita el Inbal sobre de los antecedentes musicales de varias canciones populares mexicanas.