Emprendimientos

Solaz: Comenzó como un proyecto universitario y hoy ya exportan sus productos a los EE.UU

Solaz ahora ya cuenta con una tienda en Miami, pero la llegada de la pandemia tuvo que hacerlo reinventarse, para poder seguir vendiendo.
Por Sebastian Lopez Curay
3 minutos
solaz sombreros
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Steven Lascano, propietario y fundador de «Solaz», encontró en las aulas universitarias la oportunidad perfecta para crear su modelo de negocio.

¿Como nació Solaz?

Desde temprana edad, Steven mostró un interés innato por el mundo de los negocios. Incluso cuando era un niño, se dedicaba a vender caramelos a sus compañeros de clase en la escuela. Sin embargo, fue durante sus últimos años de universidad, mientras estudiaba Negocios Internacionales.

Cuando tuvo la oportunidad de llevar a cabo un proyecto que requería darle un valor agregado a un producto ecuatoriano. Fue entonces cuando surgió la brillante idea de crear sombreros de paja toquilla pintados.

“En ese momento dije este es mi camino, era lo que me gustaba, crear buscar productos, ser mi propio jefe yo desde siempre tuve la mentalidad que yo iba a ser mi propia jefe e iba generar cosas para mí y crear un servicio que sea beneficioso para la sociedad”, comenta Steven.

Modelo de Negocio

Inicialmente, decidieron participar en ferias y mercados como estrategia para introducir su emprendimiento y generar reconocimiento. Según este emprendedor, la clave para lograr el éxito radica en la pasión, la perseverancia y el compromiso.

Dentro de su plan de negocios, Steven elaboró una estrategia que involucraba la exportación de sombreros elaborados tanto con cidra como con paja toquilla, este último material reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en 2012.

Lo que diferenciaba sus sombreros era un enfoque único, ya que optó por embellecerlos con pinturas que representaban elementos emblemáticos de la cultura japonesa, como los cerezos en flor y los peces koi.

“El proyecto fue un éxito y mi profesora me preguntó si podía comprarme los sombreros y muchos de mis compañeros también quisieron tener sombreros personalizados, ahí fue cuando se me ocurrió la idea de convertir en proyecto y con $ 800, que tenía ahorrados, fui a Cuenca a comprar sombreros de paja toquilla, y así comenzó Solaz”, menciona Lascano, de 31 años a El Universo.

La primera adquisición fue muy exitosa y aumentó la confianza de Lascano en su proyecto. Sin embargo, con el paso de los meses, comenzaron a surgir dudas y preocupaciones, especialmente en lo que respecta a la identificación del público objetivo al que debían dirigirse.

«Durante los primeros meses, experimentamos una notable falta de certeza debido a que aún no teníamos una comprensión sólida de quiénes serían nuestros clientes. No obstante, nos vimos en la necesidad de fabricar sombreros de playa, lo que nos permitió atraer a posibles compradores. Además, iniciamos nuestra participación en numerosas ferias y eventos locales en Guayaquil como parte de nuestra estrategia promocional, lo que nos permitió, paso a paso, aumentar nuestra visibilidad y presencia en el mercado.» comento Lascano.

Logros y proyecciones

Los sombreros que exhiben diseños como la bandera de Ecuador, flores, frases, nombres, rostros e incluso mascotas son el resultado del talento de artistas locales. Con un alto nivel de compromiso, estos artistas se encargan de dibujar y pintar de acuerdo a los deseos y preferencias de los clientes. En ocasiones, la duración de este proceso puede variar, tomando una hora o más en función de la complejidad del diseño requerido.

«El hito más destacado en la historia de Solaz fue la venta de más de 1,500 sombreros, un logro que aumentó significativamente la visibilidad de la marca», señala Lascano.

Además, destaca que la página web www.solazstore.com también experimenta una elevada demanda de sus productos.

“Nos hacen muchos pedidos los clientes del extranjero, sobre todo de Estados Unidos y España. Nos satisface cuando los clientes nos envían fotos de sus viajes y ver nuestros sombreros recorrer el mundo. Me llena de orgullo porque una parte de ti alguien lo está usando, es el mejor placer que un emprendedor puede tener”, comenta Lascano.