Mónica García es la fundadora de Vía Mona, un emprendimiento que ofrece jabones artesanales naturales para el cuidado de la piel y que nació mientras ella luchaba con el cáncer. Ahora sufre de Parkinson y, pese a su enfermedad, no ha dejado de innovar y ofertar sus productos en Guayaquil y Samborondón. Conoce aquí su historia.
¿Cómo nació Vía Mona?
Mónica García tiene 60 años y desde hace 8 años aprendió a elaborar jabones artesanales por simple curiosidad. Ella es de Guayaquil y tuvo que viajar hasta Quito para culminar con los talleres.
Sin embargo, tras numerosos análisis, el 24 de diciembre del 2015 le detectaron cáncer de mama y su vida cambió radicalmente.
“Les dije a mis hijos que era cáncer grado dos, que preparen la iglesia, les dije los salmos que quería, que no quería llantos y que cenemos y nos tomemos la foto como siempre (en el 24 de diciembre)”, dijo Mónica al diario El Universo.
Durante el tratamiento con quimioterapias, Mónica se dio cuenta que el proceso dañaba su piel y le generaba depresión, así que comenzó a poner en práctica lo aprendido en Quito y elaboró jabones naturales.
Ella hacía hasta 15 jabones diarios que los empezó a regalar y más adelante a vender gracias a la sugerencia de una de sus amigas que usó el producto y le alivió una quemadura en el brazo.
Con una cierta cantidad de productos, su hija le creó una cuenta en Instagram y comenzaron a subir fotografías con la marca de Vía Mona, cuyo significado viene de Vía porque considera que hay un camino en la vida y Mona por el diminutivo de su nombre.
Venció el cáncer, pero le diagnosticaron parkinson
García pudo superar el cáncer luego de una operación. Parecía que su tragedia había acabado, pero pronto le diagnosticaron parkinson. Pese a la noticia, Mónica continuó con su emprendimiento y participó en ferias que le ayudaron a hacerse conocida y tener buenos comentarios.
Su nueva enfermedad no le impidió trabajar y siguió estudiando, esta vez maquillaje natural e ingresó a la feria Bonaterra en Los Ceibos.
Del hobbie al verdadero negocio
Los productos que Mónica solía elaborar los creaba durante sus momentos de tiempo libre. Sin embargo, con la llegada de la pandemia por Covid-19, se vio obligada a perder su empleo, lo que la llevó a desarrollar todo un portafolio de artículos, tales como champús, cremas, bálsamos, desodorantes, y otros productos.
“Me pregunté: ¿qué hago de mi vida? y empecé a tomarlo en serio y ya no era tanto un hobbie, sino una supervivencia porque me liquidaron, las cosas se terminaron. Y en mi casa yo soy la mamá y papá”, dice Mónica
Su motivación la llevó a participar en ferias de negocios para dar a conocer su marca y con el paso del tiempo sus productos ingresaron en tiendas personalizadas, markets y hasta en un centro comercial como en CalmStore en Riocentro Los Ceibos, en Sunshine y Huerto de Luchi en Guayaquil y en We Concept Store en Samborondón.
Planes a futuro
La demanda por los productos de Vía Mono ha crecido notablemente. Vende entre 20 a 30 productos mensuales y ella también surte a sus puntos de venta. Además, espera agregar el servicio de capacitación para que otras personas aprendan a crear productos naturales.
Pese a sus dificultades, Mónica García no ha bajado los brazos y ha continuado con sus sueños. A ella aún le queda mucho por disfrutar y espera hacerlo pronto, no sin antes dejar encaminado su negocio para que le dé la libertad de viajar o disfrutar del mar con su familia.
“Yo vivo el día a día, no me voy a dejar vencer, aún me falta mucho por disfrutar, quisiera hacer muchas cosas, pero no se puede: como viajar más, ir a la playa, quedarme mirando el sol, mar y la arena. Para mí es maravilloso y espero en algún momento hacerlo”, comenta.