Emprendimientos

“Helados de chamburo” emprendimiento creado al retornar a Ecuador

Casi tres décadas en Estados Unidos y tras retornar al país, Joselo Torres optó por hacer helados y con ello, además, generó fuentes de trabajo. Con el chamburo se pueden hacer helados, yogur, mermeladas y jaleas. Además, es un excelente complemento en platos de carnes con sabores combinados.
Por Henry Jara
3 minutos
Joselo perfeccionó la receta con ciertos ingredientes que los guarda en secreto porque teme que alguien copie su iniciativa.
Joselo perfeccionó la receta con ciertos ingredientes que los guarda en secreto porque teme que alguien copie su iniciativa.
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Joselo Torres no se imaginó que, luego de permanecer 27 años en los Estados Unidos (EE.UU.), regresaría a su natal Gualaceo, en la provincia del Azuay, para emprender un negocio propio que no tenía nada que ver con su oficio de zapatero. El hombre de 58 años, es reconocido en este cantón azuayo por sus helados de chamburo que están patentados.

Retorno con menaje

En el 2013 regresó al país, pues aprovechó las facilidades del Gobierno de aquel entonces que impulsó un programa de menaje. Así, los migrantes podían retornar al Ecuador con artefactos, herramientas y otros enseres sin recargos económicos para iniciar una nueva vida en su tierra.

Accedió a este programa con el propósito de traer entre sus pertenencias algunas máquinas de panadería como: hornos, batidoras, mesas, entre otras para obsequiarlas a su madre. Sin embargo, su progenitora no aceptó los equipos porque prefería seguir haciendo pan de manera artesanal. Ella fue incluso quien enseñó a Joselo esta labor.

Se dedicó los tres primeros años, tras volver a su tierra, a elaborar exclusivamente pan. En el 2015, su hijo, Ricardo Torres, viajó a Perú por una maestría en gastronomía que le permitió aprender algunas recetas, entre estas, los helados de chamburo.

Perfección de recetas

Ricardo, de 33 años, enseñó a su padre el proceso inicial con el afán de que aproveche las máquinas adquiridas para hacer los helados.

Joselo perfeccionó la receta con ciertos ingredientes que los guarda en secreto porque teme que alguien copie su iniciativa.

Construyó un local moderno en su vivienda, ubicada en la intersección de las calles Manuel Guillén y Vásquez Correa. Las paredes y el cerramiento están pintadas de color miel, café y blanco para simular los colores de su especialidad, los helados de chamburo.

Se caracteriza por ser hábil y cuidadoso en lo que hace para cumplir con los clientes. Su esposa, Eva Luna, de 54 años, es su mano derecha en el negocio que prevé en un par de años ampliar a la ciudad de Cuenca, de donde provienen un gran número de sus compradores.

Se levantan todos los días a las 05h00 para iniciar la jornada laboral. La intención es que el pan y los helados estén listos para las 09h00, cuando los clientes empiezan a golpear las puertas de su local.

Trabajo a agricultores

Los helados de chamburo de la familia Torres-Luna también se han convertido en el sustento de seis agricultores del cantón. Ellos proveen 800 chamburos mensualmente del fruto a esta familia para que continúen con el emprendimiento, del que se obtiene, otra de las delicias gastronómicas del Jardín Azuayo, como se lo conoce al cantón Gualaceo.

El chamburo es una fruta exótica, también llamada “Papaya de los Andes”. Los nutricionistas concuerdan en que posee una gran cantidad de vitaminas y minerales, así como fibra dietética.

Tiene un gran poder desintoxicante. Ayuda a desintoxicar el organismo, y facilita la expulsión de toxinas que se han ido acumulando a lo largo del tiempo. Se trata de una fruta depurativa que limpia tanto el colon como los intestinos.

Con el chamburo se pueden hacer helados, yogur, mermeladas y jaleas. Además, es un excelente complemento en platos de carnes con sabores combinados. Puede procesarse para obtener concentrados, pulpa y conservas.

El negocio entrega, en junio de cada año, helados gratis a los niños que son parte del centro especial. Se entregan alrededor de 400 helados.