Seguramente en las celebraciones de cumpleaños tu piñata estuvo llena de Miguelito, un dulce típico mexicano que nació de un momento de crisis. Su fundador supo adaptarse a un cambio repentino en su carrera y sacar de esto una que duraría décadas.
Esta es la historia de Valente González, fundador de Miguelito y emprendedor mexicano que desde 1973 ha creado los sabores icónicos de la infancia de muchas personas.
¿Cómo nació Miguelito?
En 1971 Valente González se vio en una situación muy común: la empresa donde trabajaba quebró y se quedó desempleado. Era tal la crisis que dicha empresa solo pudo indemnizarlo con dos máquinas utilizadas para la elaboración de pulpa. De esta crisis personal y laboral es como González inventó un polvo picante y ácido que se podía usar para recubrir frutas, verduras y frituras.
El primer producto de la nueva empresa de Valente fue el Chamoy Miguelito. Para darse a conocer, él mismo se encargaba de ir en bicicleta a todas las tiendas y dulcerías de la ciudad. La popularidad de sus productos creció rápidamente y para 1973, puso sus ojos en el futuro. Así comenzó a maquetar lo que sería Miguelito en Polvo.
El sabor de sus productos fue ganando la aceptación del público y para el inicio de la década de los ochenta Valente consiguió máquinas que automatizaron varios de los procesos en la fabricación de dulces. Esto no solo lo ayudó a optimizar tiempo sino a que llegara a todos los rincones del país.
¿Cuál fue la clave del éxito de Miguelito?
Lo que hizo que Valente tuviera un producto único es que tomó su experiencia previa y la mejoró, creando un producto versátil que pudiera usarse en diferentes alimentos. Sus ingredientes básicos son azúcar, sal yodatada, ácido cítrico, chile piquín molido y harina de soya. Como puedes ver, no es el producto más natural pero reúne las dos características que más amamos los mexicanos: lo dulce y picoso.