El Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) anticiparon en la localidad portuguesa de Sintra que las subidas de los tipos de interés no han llegado a su fin y que no hay suficientes indicios de una caída de la inflación.
“Todavía queda camino por recorrer”, aseguró la presidenta del BCE, Christine Lagarde, durante el panel de política monetaria del foro anual que la entidad europea organiza en Sintra.
Lagarde avanzó que, aunque toman las decisiones “reunión a reunión”, es “muy probable” que haya una nueva subida en julio de los tipos de interés del BCE, que ya están en el 4% tras un aumento agregado de 400 puntos básicos en el último año.
Para septiembre, la líder del BCE no se comprometió a avanzar decisiones e insistió en que dependerá de los datos que manejen entonces.
Lagarde afirmó que el banco aún no ve “evidencia tangible suficiente” de que la inflación esté bajando y reiteró que la política monetaria se mantendrá “en territorio restrictivo el tiempo suficiente para alcanzar la meta a medio plazo”.
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“Creemos que hay más restricciones en camino”, señaló por su parte el presidente de la Fed, Jerome Powell, cuya institución ha aumentado sus tipos en 500 puntos básicos desde mayo de 2022.
A pesar de que en la última reunión no se anunciaron subidas, Powell insistió en que la política restrictiva no ha acabado y no descartó que pueda haber nuevamente varios encuentros consecutivos con aumentos del precio del dinero.
“La política monetaria no ha sido lo suficientemente restrictiva durante el tiempo suficiente para comenzar a ver los efectos”, dijo el banquero estadounidense, que señaló que las subidas de tipos estarán impulsadas por el comportamiento del mercado laboral.
Sobre el riesgo de que las subidas de tipos lleven a una recesión, Powell señaló que no es el escenario “más probable”, pero admitió que existe esa posibilidad.