El anuncio lo hizo el viceministro de Petróleo de Irán, Amir Hossein Zamaninia, al término de una conferencia ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Además, los ministros participantes acordaron extender un año más su cooperación, con lo cual la citada alianza, forjada en 2016 para hacer frente a la caída de los «petroprecios» causada por el auge de esquisto en EEUU, se mantendrá al menos hasta fines de 2023.
En su declaración final, los ministros explican que han acordado «ajustar a la baja la producción global en 2 mbd (…) a partir de noviembre de 2022».
El recorte de producción pactado es el más voluminoso desde el de casi 10 mbd que el grupo puso en marcha en mayo de 2020 para compensar el desplome de la demanda energética.
Aún cuando el recorte real vaya a ser al final menor que el anunciado, la medida adoptada supone un claro «no» a las naciones occidentales que vienen desde hace tiempo pidiendo a la OPEP que abra los grifos para abaratar los combustibles y la energía, y frenar así la inflación.