A pesar de que la violencia hizo que Nadia Suárez y su familia dejaran su ciudad de origen, a través de programas como ‘Paz Local’, de la Secretaría de Gobierno, pudieron consolidar su emprendimiento de reciclaje reconocido como uno de los proyectos mejor destacados en temas de sostenebilidad ambiental en la localidad de Suba.
El ruido de las agujas al caer sobre un jean reutilizado, marca el compás de una mañana cotidiana en la casa de Nadia y su madre Doralís Vargas. Desde hace 12 años ambas habitan en el barrio Aures, donde llegaron por cuenta del conflicto armado desde Girón, Santander.
Tijeras, hilos y fragmentos de lo que fue un jean o un vestido, van y vienen por la casa de estas guerreras que a diario administran su proyecto de reciclaje, el cual recupera prendas ya utilizadas, para la fabricación de bolsos, delantales, canguros para cargar el celular y todo lo que sus ingeniosas manos puedan cocer.
Dejar la tierra: de la ruralidad a la urbe bogotana
“Y llegar a empezar de nuevo”, piensa Nadia al recordar el día que supo que su vida no sería la misma aquella tarde en que llegó a Bogotá a finales de los años 90.
Oriunda de Santander, Nadia creció en Girón junto a sus padres y hermana. “Mi madre fue candidata al Concejo de Girón. A raíz de su postulación recibió amenazas, pero ella no quiso dejar su candidatura cosa que derivó en amenazas contra el resto de la familia; fue tanta la presión que nos recomendaron dejar Santander y así fue que llegamos a Bogotá”.
Adaptarse al ritmo de la capital no fue fácil, sin embargo, en Bogotá Nadia encontró un camino para emprender su negocio con una idea que venía desarrollando desde la Universidad. Y es que antes de salir de su tierra natal, Nadia estudió Comunicación Social y Periodismo, carrera durante la cual comenzó a gestar la idea de su emprendimiento: “con una amiga se nos ocurrió reutilizar un jean viejo que nos daba lástima tirar e hicimos un pequeño bolso. Ya en Bogotá la Alcaldía Local nos otorgó varios cursos sobre el manejo de redes sociales y cómo visibilizar los negocios”.
“No solo las costumbres de la ciudad, sino también lo grande que es Bogotá, uno puede llegar a sentirse distinto; con ayuda del Distrito llegamos a la localidad de Suba y aquí fue donde conocimos los estímulos que hicieron posible la creación de nuestro emprendimiento”, añade Nadia mientras descose un viejo jean.
Emprendiendo con ‘Paz Local’
Observando las máquinas de cocer, Nadia agrega que “estas máquinas llegaron gracias a un estímulo que recibimos de ‘Paz Local’. Esta es una feria que reunió a víctimas del conflicto armado aquí en Suba y que abrió un espacio para dar a conocer nuestros productos».
«La feria tenía como objetivo premiar a uno de los emprendimientos que fueron exhibidos. En ese proceso ganamos el reconocimiento y recibimos un cheque simbólico que canjeamos por las tres máquinas que tenemos ahora», añade Nadia sin soltar el jean que en pocas horas será un nuevo bolso.
De acuerdo con Nadia “hay muchos programas interesantes que podemos aprovechar dentro del Distrito, como estas iniciativas que no solo nos apoyan en nuestras economías sino que también aportan al bienestar del planeta; los invito a tener una actitud positiva y a no dejarnos amilanar por las circunstancias difíciles de la vida”.